Wednesday, January 6, 2021

Ecuador: Acuerdo con el FMI y los candidatos presidenciales

Por Luis Fierro Carrión

Twitter: @Luis_Fierro_Eco

El domingo 7 de febrero tendrá lugar la primera vuelta de las elecciones en el Ecuador.

Quienquiera que asuma la Presidencia tendrá que decidir si continúa con el Acuerdo con el FMI (y, por ende, recibir los desembolsos por $2.500 millones pendientes), o bien suspenderlo, o intentar renegociarlo.

Si bien los primeros dos desembolsos efectuados en 2020, por $4.000 millones, no tenían mayor condicionalidad (se pedía aumentar la cobertura del bono de desarrollo humano a 250.000 familias adicionales, así como aprobar reformas a las leyes anticorrupción); los desembolsos para el nuevo gobierno sí implicarán un ajuste fiscal significativo, de 5 % del PIB.

Se busca un aumento de ingresos tributarios de 2,5 % del PIB (unos $2.500 millones), junto con una reducción del gasto de una magnitud similar. Con ello, se esperaría reducir el déficit del sector público no financiero de $7,3 mil millones en 2020 a $2,9 mil millones en 2021.

Se sugiere un aumento del IVA en 3 %; así como un incremento del impuesto a la renta personal de 5 % para ingresos superiores a $27.000 anuales (y de 3 % para ingresos inferiores a $27.000). 

El Informe del FMI (Staff Report) publicado el 23 de diciembre menciona que los tres candidatos principales (Lasso, Arauz y Pérez) han indicado que podrían impulsar reformas tributarias, pero no está claro si alguno de ellos se habría comprometido a aumentar el IVA o el impuesto a la renta. El FMI mantuvo reuniones con Guillermo Lasso, Andrés Arauz y César Montúfar (Yaku Pérez no aceptó reunirse).

Lasso ha dicho que reducirá los impuestos, pese a que se mantiene un déficit del 7 % del PIB; Arauz y Pérez han indicado que buscarán renegociar el Acuerdo, en tanto que Arauz específicamente ha dicho que piensa aumentar el gasto público corriente y de inversión, lo cual seria contrario al ajuste fiscal requerido. Sería improbable que en esas circunstancias se produzca el nuevo desembolso del Fondo, con lo cual se agudizaría la brecha financiera de 7,7 % del PIB prevista para el 2021. Arauz también ha mencionado que impulsaría un impuesto al patrimonio del 2 % anual.

El candidato que aparece cuarto en el promedio de encuestas, César Montúfar, ha dicho que no aprobaría ni un aumento ni una reducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA), pero que, si estaría a favor de aumentar la progresividad del impuesto a la renta (IR), y así mismo a reducir las exenciones de dicho impuesto. También ha propuesto un impuesto del 1 % al patrimonio, para los patrimonios superiores a $400.000 (excluyendo la vivienda principal).

En cuanto a reducción del gasto, Lasso menciona la “reducción del tamaño del Estado”. Recortes mayores sea en gastos de personal como en inversión serían complicados, dado que ya se han reducido mucho. La inversión pública ha disminuido de 8 % del PIB en 2018 a 6,1 % del PIB en 2020, y se anticipa una reducción adicional a 5,4 % del PIB en 2021. Esto incluye inversión en el sector petrolero, de cerca de 1,5 % del PIB, que se requiere para mantener los niveles de producción actuales.

El gasto en sueldos del sector público se ha reducido de $10,3 mil millones en 2018 a $9,6 mil millones en 2020, y se anticipa mantenerlo en niveles cercanos a $9,6 mil millones en 2021-23. Ya se han desvinculado unos 50.000 empleados públicos.

Según la Tabla 6 del Staff Report, el efecto neto del aumento del número de familias que reciben el bono y los aumentos de las tasas del IVA e IR sería incrementar los ingresos en los primeros 3 deciles, mantener ingresos similares en los deciles 4-7, y reducir los ingresos en los deciles 8-10 (y una reducción del coeficiente de Gini, un indicador de desigualdad, a los niveles anteriores a la pandemia).

El informe del FMI estima que un millón y medio de personas cayeron bajo la línea de pobreza por la pandemia (y que los pobres han aumentado de 30 a 38 % de la población).

El Fondo recomienda continuar los esfuerzos para facilitar la creación de empleo (permitiendo más flexibilidad en horas de trabajo, contratación a tiempo parcial, etc.).

El FMI también sugiere continuar la reducción de los subsidios al diésel y la gasolina que iniciaron Correa y Moreno. El subsidio a la gasolina prácticamente se eliminaría, y el subsidio al diésel bajaría de $965 millones en 2019 a $739 millones en 2021. 

Con estos esfuerzos, la deuda pública total podría bajar de 66 % del PIB en 2020 a 56,6 % en 2025 (sin cruzar el umbral critico de 70 % del PIB).  

Otro compromiso es aumentar la independencia y autonomía del Banco Central, e impedir financiamiento del BCE al gobierno (Arauz ha anunciado políticas contrarias).

Arauz piensa aumentar el llamado “impuesto a la salida de divisas” al 27 %, con lo cual en realidad se impedirá el ingreso de recursos para inversión. Propone una “política monetaria creativa” para crear “dinero electrónico” sin ningún respaldo. Estas políticas también serian contrarias a las recomendaciones del FMI.

En definitiva, es probable que, con Arauz o Pérez, se suspenda el programa con el FMI, lo cual incidiría en un aumento del “riesgo país”, un incremento de la tasa de interés a la cual tendría acceso el Ecuador en los mercados internacionales.

La reestructuración de los bonos abrió una ventana de cuatro años de menores pagos del capital (aparte de la reducción del principal efectuada en 2020). El riesgo sería que un nuevo gobierno comience a endeudarse nuevamente (vía bonos o prestamos bilaterales de China), lo cual pondría en riesgo la sustentabilidad de la deuda. Igualmente, si no se mantiene el programa con el FMI, no se recibirán los $2.500 millones restantes, con lo cual se podrían agravar los atrasos en pagos a proveedores, sueldos, etc.).



Algunos indicadores publicados en el Staff Report del FMI:

https://www.imf.org/en/Publications/CR/Issues/2020/12/23/Ecuador-First-Review-Under-the-Extended-Arrangement-Under-the-Extended-Fund-Facility-and-49980



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