Por Luis Fierro Carrión (*)
Twitter: @Luis_Fierro_Eco
En mi primera columna en este diario, publicada en enero pasado, preguntaba
si 2020 sería un año próspero. Evidentemente, mis pronósticos más bien pesimistas
quedaron muy cortos frente a la cruel realidad, que recuerda la frase de la
Reina Isabel II, “annus horribilis” (año horrible en latín).
La pandemia de COVID-19 (la peor pandemia desde aquella de la influenza
de 1918-1920) dio paso a la peor recesión económica desde la Gran Depresión de
1929. Los niveles de desempleo se dispararon a nivel mundial y en el Ecuador, llegando
a una tasa nunca antes registrada de 13,3 % en junio (para septiembre bajó a 6,6 %).
En el país se produjeron 40 mil muertes en exceso hasta mediados de
diciembre (0,22 % de la población, la segunda peor tasa en el mundo después de
Perú), y la crisis sanitaria ha dejado a miles de personas con enfermedades crónicas. Goldman Sachs estimó que el Ecuador se encontraba en tercer lugar en el mundo en el nivel de contagio (33 %), después de Perú (39 %) y México (34 %).
Tras un año tan pesaroso, las últimas semanas han traído alguna esperanza
de que 2021 será mejor.
Hacia finales del año, las autoridades médicas en el Reino Unido, EE. UU.
y la Unión Europea aprobaron las vacunas para el COVID-19 desarrolladas por
BioNTech/Pfizer y Moderna. También se espera la próxima aprobación de la vacuna
de Oxford/AstraZeneca. En Rusia y China también se han aprobado vacunas, aunque
sin un régimen transparente y abierto sobre sus resultados (las pruebas de la
vacuna china Sinopharm en Perú fueron suspendidas por efectos secundarios
neurológicos severos).
Otro rayo de luz fue la elección de Joe Biden como presidente de EE.UU.,
quien traerá de vuelta una política exterior e interna basada en estrategias, normas, multilateralismo, y, en el caso del control de la pandemia, en la ciencia.
Un efecto colateral positivo de la pandemia fue la reducción de la
emisión de gases de efecto invernadero a nivel mundial del 7 %, principalmente
por la reducción del uso de combustibles fósiles para el transporte (vehículos
y aviones). Genera una experiencia práctica de reducir viajes innecesarios, y
permitir el trabajo desde la casa para segmentos de la población, lo que podría
conllevar una reducción más sostenida de las emisiones.
Aunque se pospuso la conferencia climática anual (COP26) para 2021, tuvo
lugar una “cumbre de acción climática” (virtual), en la que se presentaron las
propuestas para fortalecer los planes de acción climática (Contribuciones
Nacionalmente Determinadas, o NDC por sus siglas en inglés).
Varios países de América Latina presentaron propuestas más ambiciosas,
incluyendo el Ecuador (que se comprometió a una descarbonización hacia 2050),
Costa Rica (ratificó su meta de emisiones netas de cero en 2050), Perú (aumento
su meta de reducción de emisiones al 40 % hasta 2030), entre otros.
Se anunció igualmente la concesión de contratos para proyectos de
generación eólica en Loja, y de energía solar en El Aromo (terreno que el
gobierno de Correa aplanó a un costo de $1.500 millones, para una supuesta refinería).
Los dos proyectos, con una inversión de $400 millones, generarán 320
megavatios.
Se inicia la campaña electoral, en la cual se escogerá entre 16 o 17
binomios presidenciales. El promedio de las encuestas a la fecha pone en los
primeros cuatro puestos a Guillermo Lasso, Andrés Arauz, Yaku Pérez y César
Montúfar; es probable que haya una segunda vuelta, y se dirima entre dos de
estos cuatro candidatos.
Habrá claras opciones: una de derecha, una de centro, y dos del
populismo de izquierda. Tanto Pachakutik como el correísmo han propuesto
entregar una “renta básica universal” a los ciudadanos en “moneda electrónica”,
lo cual, como escribía el mes anterior, rápidamente devendría en la
desdolarización y colapso de la economía.
Hay esperanzas de que 2021 será mejor que 2020, pero dependerá, en el
caso del Ecuador, de la voluntad de los votantes.
(*) Una versión mas resumida de este artículo fue publicado en el Diario "El Universo" el 1 de enero, 2021:
https://www.eluniverso.com/opinion/2021/01/01/nota/9091186/ano-nuevo-vida-nueva
Los votantes eligieron a Guillermo Lasso. Pasó de un voto duro de derecha del 19 %, a un total de 52,5 % en la segunda vuelta. Ese 33 % de votos de la segunda vuelta son votantes de centro y centro-izquierda, por lo cual se espera que tenga un gobierno amplio.
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