NOTA: la eliminación de los subsidios a la gasolina regular y el diésel fue retirada el 14 de octubre, tras protestas de los indígenas y trabajadores. No obstante, sigue siendo urgente eliminar dichos subsidios, por todas las razones anotadas (fiscal, ambiental, cambio climático, equidad social, salud).
Por Luis Fierro Carrión, para Revista Gestión (*)
Pese a las expectativas negativas sobre un aumento importante de impuestos (IVA, impuesto a la renta), el anuncio del paquete económico efectuado por el presidente Lenín Moreno en la noche del 1 de octubre refleja un conjunto de medidas que promueven la equidad, el equilibrio fiscal y al medio ambiente, y genera a la vez expectativas de mayor crecimiento económico, innovación y empleo.
Fue una sorpresa grata que el Gobierno – escuchando a muchos quienes señalamos que un aumento del IVA en las actuales circunstancias no sería aconsejable, dado que el Ecuador se encuentra al borde de la recesión económica – decidió no apostar por ese camino para cerrar la brecha fiscal.
Como hemos señalado en varios artículos recientes, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) es un impuesto contractivo y regresivo, pues afecta en mayor proporción a los sectores de menores ingresos. En el segundo semestre de 2019 el crecimiento fue un anémico 0,3 % anual, y adicionalmente está cayendo el empleo adecuado y aumentando la pobreza. También puede haber jugado un papel la realidad política, de que una mayoría en la Asamblea Nacional parecía estar opuesta al aumento de este impuesto.
En lugar de ello, y acogiendo nuevamente la sugerencia de muchos economistas y ambientalistas, se decidió eliminar el subsidio a la gasolina extra y el diésel (ya se había suprimido previamente el subsidio a la gasolina súper de alto octanaje). El subsidio en si es regresivo (la mayor parte del beneficio se queda en los dos quintiles de ingreso más alto), por lo cual su eliminación resulta progresiva. Y una parte significativa del subsidio se escapaba en contrabando a los países vecinos (fomentando la corrupción). Adicionalmente, esta medida tiene efectos benéficos para el cambio climático (incentiva la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero), el ambiente (reduce la contaminación), para la salud, y para la distribución del ingreso. La reducción de gastos es similar al monto que se hubiese podido recaudar con un aumento de 3% del IVA ($1.300 millones).
Adicionalmente, para reducir el impacto social, se anunció que se aumentará en $15 el bono de desarrollo humano (transferencia condicionada en efectivo), y se ampliará a 300.000 familias adicionales la cobertura de este bono, con lo cual llegara a 1,3 millones de familias (más de 5 millones de personas, es decir cerca de un tercio de la población). No se ha aclarado si se generara un subsidio al transporte público, pero ya se había anunciado previamente un aumento a 35 centavos, que podría ser suficiente.
Aparte de la eliminación del subsidio a la gasolina extra y el diésel, se va a pedir a las “empresas que perciben ingresos por más de 10 millones de dólares al año, pagarán -por 3 años- una contribución especial que totaliza más de 300 millones” (texto del anuncio del Presidente Moreno).
Se anuncia una reducción, o eliminación en algunos casos, de los “aranceles para maquinaria, para equipos, y para materia prima tanto agrícola como industrial”. Esto puede abaratar los productos ecuatorianos, con lo cual podría aumentar el consumo interno y se podrá exportar con mayor competitividad. El Presidente también anuncio una reducción y simplificación del impuesto a la renta único al banano.
Se van a suprimir los impuestos a la importación de bienes de tecnología (teléfonos celulares, computadoras, tabletas), con el objetivo de promover la educación, la innovación y la competitividad.
Igualmente, con la meta de dinamizar la economía, el empleo y las exportaciones, se permitirá a los exportadores “optar por un procedimiento simplificado, de devolución automática de tributos al comercio exterior, por un porcentaje del valor FOB de exportación”. De igual manera, se ha eliminado el anticipo al impuesto a la renta.
Se va a reducir a la mitad (2.5 %) el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) para la importación de materias primas, insumos y bienes de capital que “constan en el Listado del Comité de Política Tributaria”. Se bajarán también los aranceles de los vehículos de un valor interior a $32.000 “para aquellos emprendedores que usan su auto o camioneta para comercializar sus emprendimientos”.
Con respecto al sector de la construcción, a partir del mes de noviembre se anuncia la ampliación del “Programa Casa para Todos”, añadiendo mil millones de dólares en créditos hipotecarios, a una tasa de 4.99% anual.
Reducción de la masa salarial
Si bien se menciona que ya el gobierno ha eliminado 20 ministerios y ha separado a 23.000 funcionarios (incluyendo 170 asesores del gabinete ministerial), no se menciona reducciones adicionales de personal, como algunos especulaban.
Moreno destacó que ya se ha bajado en 20 % los sueldos del nivel jerárquico superior, y se señala que, para preservar el empleo, pero reducir la masa salarial, “los contratos ocasionales se renovarán con un 20% menos de remuneración.”
Adicionalmente, el Presidente indicó que los empleados públicos (con excepción de la fuerza pública y los prestadores de servicios sociales) dejarán de tener 30 días de vacaciones, y pasarán a los mismos 15 días del sector privado.
Los empleados de las “empresas públicas aportarán mensualmente, con un día de su salario. Esto, porque su remuneración, es superior a la que se percibe en el resto de la administración pública”.
Reformas laborales
Con respecto a las reformas laborales, no se especifican bien (y además tendrán que ser tramitadas por la Asamblea Nacional), pero en líneas generales se menciona:
• Nuevas modalidades de contrato para quienes inician un emprendimiento.
• Nueva modalidad de contrato de remplazo en caso de licencia de maternidad y paternidad, así como enfermedades catastróficas.
• Facilidades para el teletrabajo.
• Contratos con período determinado
Al parecer se reemplazará la jubilación patronal existente (que únicamente beneficiaba a los empleados con más de 20 años en una empresa), por “una nueva forma de jubilación patronal, en la que los empleadores incrementarán su aporte mensual en un 2% en beneficio de los nuevos trabajadores. Ese valor adicional, podrá ser ahorrado en el IESS o en fondos privados.”
Un paquete equilibrado y equitativo
Moreno terminó su alocución destacando que las medidas van a permitir crear “Un Ecuador de más oportunidades, de prosperidad, empleo y felicidad”.
Quizás no cabe tanta euforia, pero es cierto que el paquete, en su conjunto, atiende varias necesidades, algunas de las cuales habíamos destacado en un articulo publicado en esta Revista el 26 de julio (https://revistagestion.ec/economia-y-finanzas-analisis/por-que-el-ecuador-sigue-endeudandose-asi):
• Reduce el gasto corriente, y en particular la masa salarial del sector público.
• Elimina el subsidio a la gasolina extra y el diésel (al parecer se mantiene el subsidio al gas de uso doméstico).
• Aumenta el monto y la cobertura del bono de desarrollo humano, paliando el impacto social de la eliminación del subsidio a los combustibles.
• Aumenta una contribución especial de las empresas mas grandes del país.
• Se había mencionado la posibilidad de aumentar el impuesto a la renta personal de los segmentos de mayor poder adquisitivo, pero a la postre dicha medida al parecer quedó en el tintero.
• Se reducen los aranceles para la importación de materias primas, bienes intermedios y bienes de capital para la producción, así como el impuesto a la salida de divisas para estos fines. También se elimina el arancel a la importación de bienes de tecnología.
• Se dibujan los lineamientos generales de la reforma laboral, incluyendo la contratación por plazo fijo, y para emprendimiento. Se modifica la jubilación patronal, reduciendo una carga a las empresas (y que solo beneficiaba a un grupo reducido de empleados que cumplían al menos 20 años en una sola empresa), y permitiendo además ahorrar dichos fondos en el IESS o en fondos privados. Varias de estas propuestas deberán ser aprobadas por la Asamblea.
• El elemento que faltaría es la privatización o concesión de empresas públicas, aunque el Vice-Presidente anunció que se iniciará en breve en el caso del Banco del Pacifico, CNT y la Hidroeléctrica Sopladora.
• Entiendo que se ha elaborado una reforma a las normas monetarias y que rigen el Banco Central, lo cual podría aliviar el “hueco” o brecha entre las reservas internacionales y los depósitos en el Banco Central (de $6.800 millones).
(*) Economista de la PUCE, posgrados de la Universidad de Oregón y la Universidad de Texas en Austin. Fue funcionario del BID de 1997 a 2013, y Representante del Ecuador ante el FMI en 2006. Asesor en temas de financiamiento climático y para el desarrollo. Opiniones personales, no reflejan las de institución alguna.
(una versión de este articulo se publicó en Revista Gestión el 2 de octubre)
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