Por Luis Fierro Carrión (*)
Twitter: @Luis_Fierro_C
En las últimas semanas, el llamado “riesgo país” del Ecuador, en lugar de bajar, ha
seguido subiendo, alcanzando 1.945 puntos básicos (esto es, 19,45 % por
encima de la tasa de los bonos del Tesoro de EE.UU.).
El “riesgo país” en esencia refleja la probabilidad de que un país
declare la moratoria en el servicio de su deuda externa. Es cierto que el
Ecuador tiene una trayectoria negativa en este sentido, habiendo declarado
moratoria en 11 ocasiones, empatando con Venezuela y Argentina en el récord de
moratorias (la última en 2020, al inicio de la pandemia). (España tiene más
moratorias, pero a lo largo de 5 siglos).
No obstante, los indicadores macroeconómicos del Ecuador mas bien
deberían haber inducido una reducción de dicho diferencial.
Hace unas semanas se anunció un acuerdo para reestructurar la deuda
externa con entidades chinas, reduciendo la tasa de interés entre 0,2 y 1 %;
extendiendo los plazos; y reduciendo el servicio de la deuda en $870 millones
en 2022-23.
El déficit fiscal ha bajado de $7.100 millones en 2020 a $2.300 millones
en 2022. La relación deuda pública/PIB bajará de 62,2 % del PIB en 2020, a 57 %
del PIB en 2023. Las reservas internacionales han superado $8.400 millones
(habiendo bajado a menos de $2.000 millones en marzo 2020). El precio promedio del petróleo ha superado
las proyecciones del FMI (por $24,20 por barril en 2022, y en $13,50 por barril
en un plazo mediano). La tasa de crecimiento del PIB prevista en 2022 (2,9 %
según el FMI) es una de las mas altas en la región, en tanto que la inflación es
una de las más bajas (4,1 %).
Todos estos factores macroeconómicos objetivos deberían haber bajado el
riesgo país a unos 500-600 puntos, pero en su lugar se ha disparado a cerca de
2.000 puntos.
La explicación, por ende, no es que haya aumentado el riesgo de
moratoria en el corto plazo (diría que ese riesgo es cero, dado que los pagos
principales del FMI y China se han postergado a partir de 2025, y de los bonos
soberanos a 2026).
La preocupación es fundamentalmente política:
- Se
considera que el gobierno del Presidente Lasso no podrá aprobar reformas
estructurales en la Asamblea, por ejemplo, en el ámbito laboral o de
inversiones.
- No parece viable la apuesta por duplicar la producción petrolera (la producción minera seguirá aumentando, pero gradualmente).
- Existe
un riesgo de que la Asamblea destituya al Presidente, o que este invoque la
“muerte cruzada”.
- Si
bien el Sr. Iza se ha debilitado al interior del movimiento indígena, todavía
es posible un nuevo “estallido” que afecte la producción petrolera, minera y
rural (agrícola, ganadera, florícola, etc.).
- Se
teme que el próximo gobierno (sea producto de la “muerte cruzada”, o de
elecciones regulares en 2025) no sea “amigable al mercado” e invoque una nueva
moratoria de la deuda.
El “efecto Iza” entonces se vuelve en realidad en un efecto
Iza-Correa-PSC-Pachakutik. Algunos voceros del PSC (entre ellos la Alcaldesa
Viteri) han cuestionado el servicio de la deuda externa, y al parecer tienen
una alianza estrecha con el Correísmo y los sectores “anticapitalistas” del
movimiento Pachakutik.
También hay factores técnicos que afectan el riesgo país de Ecuador, tal
como la escasa liquidez y elevado costo de transacción, dado que el país no es
un emisor recurrente.
A largo plazo, la única forma de superar esta percepción de elevado
riesgo es logrando un acuerdo fiscal entre las principales fuerzas políticas, asumiendo
como un objetivo rebajar el costo del financiamiento externo del país; y
reformas tributarias que eleven el nivel de presión fiscal del país a niveles
cercanos al promedio de América Latina. Actualmente,
es del 19,1 % del PIB, mientras que el promedio de América Latina es 21,9 %, y
para los países de la OCDE 33,5 %.
(*) Una versión más corta de esta columna se publicó en el Diario "El Universo" del Ecuador el 20 de octubre de 2022
https://www.eluniverso.com/opinion/columnistas/por-que-no-baja-el-riesgo-pais-nota/
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