Por Luis Fierro Carrión (*)
El gobierno anunció el 3 de agosto que había obtenido el consentimiento (los “votos”) del 97,85 % de los tenedores de bonos de deuda externa en favor del canje de bonos (95,42 % en los bonos 2024, que requerían el 75 %). Se amplió el plazo hasta el 7 de agosto para permitir que aquellos que no hubiesen emitido su consentimiento pudiesen sumarse al canje.
Esta
una excelente noticia para el Ecuador, y cabe felicitar al equipo del Ministro
Richard Martínez, así como a sus asesores financieros y legales.
Mediante
el acuerdo, se canjearán la serie de 10 bonos (que originalmente vencían entre
2022 y 2030) por tres nuevos bonos, que vencen en 2030, 2035 y 2040
(amortizaciones de capital distribuidas en cinco años, en cada caso).
Habrá
una reducción inmediata del monto del capital adeudado por $ 1.540 millones de
dólares (una reducción de 9 %, con respecto al monto original de $17.375
millones), pero se estima que el arreglo permitirá una reducción del valor
presente neto (VPN) del 41,7 % (tomando como base una tasa de descuento del 10
% anual). Este ahorro se produce principalmente por la reducción de las tasas
de interés de un promedio de 9,2 % anual a 5,3 % anual, a lo cual se suma la
reducción mencionada del principal; y la extensión de los plazos (de un
promedio de 6,1 años a 12,7 años). También
influye la postergación del pago de los intereses suspendidos en el periodo
marzo-agosto ($818 millones), que serán pagados con bonos sin interés entre
2026 y 2030.
La
tasa de descuento es el costo de oportunidad del dinero: da igual recibir 90
ahora o 100 dentro de un año. Tiene relación con el rendimiento promedio del
capital en una economía. Algunos
analistas prefieren usar una tasa mas alta (12 %), aunque el Banco Mundial para
su análisis de costo-beneficio de sus proyectos toma como base una tasa de
descuento del 5 % (actualmente hay pocas actividades lícitas que garanticen un
rendimiento mayor al 5 % anual).
Dos
fondos de inversión, GMO y Contrarian Capital, interpusieron una demanda en una
corte del Distrito Sur de Nueva York, argumentando que la propuesta del gobierno
era coercitiva. Los dos fondos formaban
parte de un “Comité Directivo” de tenedores que decían representar cerca del 25
% de los bonos, los cuales presentaron una propuesta que era menos ventajosa
para el Ecuador. Pero luego de que la Jueza Caproni desestimase sus argumentos
y no diera paso a una “medida cautelar” para frenar la votación, incluso los
dos fondos demandantes aceptaron la oferta inicial del Ecuador.
Todo
esto se producía, además, en medio del enfrentamiento entre el gobierno de
Argentina y sus tenedores de bonos. El gobierno argentino ofrecía una reducción
del 47 % en el valor presente neto, y los tenedores contra ofertaban una
reducción del 44 %. El 4 de agosto (un día después del Ecuador) se anunció un
acuerdo para una reducción del 45,2 % en VPN (con la misma tasa de descuento de
10 %).
El
menor descuento en el caso del Ecuador podría atribuirse a que el FMI no había
considerado insostenible la deuda externa del país, a diferencia de Argentina.
Es
importante aclarar es que la reestructuración de los bonos no implicará la
entrada de nuevos ingresos al país. Sí reduce la carga del servicio de la
deuda, en $1.361 millones en 2020, y un total de $10.000 millones hasta 2025
(pateando hacia adelante el grueso de las amortizaciones).
Pero
no contribuye de otra manera a reducir el déficit fiscal ni a cerrar la brecha
de financiamiento, estimada en $4.000 millones. Para ello se está negociando un
nuevo programa con el FMI, el mismo que tomará en cuenta la reducción de la
deuda en bonos, así como los esfuerzos ya realizados de consolidación fiscal;
pero seguramente buscará una mayor reducción del déficit y reformas
estructurales.
También
se ha vuelto a anunciar nuevos préstamos de bancos chinos por $2.400 millones;
y se anunció que se diferirán las amortizaciones de capital que vencían hasta
julio 2021, por un monto de $417 millones. En el caso de la deuda bilateral con
China, no se espera una reducción del principal ni de la tasa de interés de los
préstamos vigentes, aunque si se espera que la tasa de interés de los nuevos
préstamos sea menor. En el marco del G-7, se ha instado a China a sumarse a los
esfuerzos de alivio de la deuda en el marco del Club de París (China no
pertenece a este foro de acreedores).
Sería
lamentable que el próximo gobierno vuelva a endeudar al país como lo hicieron
los gobiernos de Correa y Moreno. Correa cuadruplicó la deuda pública (pasando
de $10.234 millones en diciembre 2009 a $ 41.894 millones en mayo 2017). Parte de la culpa también la tienen los
inversionistas, quienes hasta el año pasado prestaban dinero al Ecuador por el
alto rendimiento que se ofrecía, pese a ser un país que compite con Argentina y
Venezuela por el récord de moratorias de deuda.
(*)
Una versión más corta de esta columna se publicó el 7 de agosto en el Diario “El
Universo” de Ecuador.
https://www.eluniverso.com/opinion/2020/08/07/nota/7932633/reestructuracion-bonos
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