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Sunday, July 17, 2022

Reducción de inmigración afectó a fuerza laboral en EE..UU.

Los problemas de la cadena logística fueron consecuencia de la reactivación económica luego de la pandemia.

Un efecto poco comentado ha sido el colapso de la inmigración de personal no calificado por el cierre de las fronteras (en EEUU se estima una reducción de 2 millones, que impacta en la caída de la fuerza laboral). Por eso el desempleo se mantiene bajo, y están aumentando los salarios.

En cuanto a deflación, han bajado los precios de varios productos básicos (petróleo, cobre, alimentos), desde sus picos alcanzados en meses anteriores, lo cual se reflejará en menor inflación.

Esto en parte por la contracción en China, que no creció en el último trimestre (cuando lo habitual es tasas de crecimiento de 6-8 % anual).

Friday, January 1, 2021

¿Año Nuevo, Vida Nueva?

Por Luis Fierro Carrión (*)

Twitter: @Luis_Fierro_Eco

En mi primera columna en este diario, publicada en enero pasado, preguntaba si 2020 sería un año próspero. Evidentemente, mis pronósticos más bien pesimistas quedaron muy cortos frente a la cruel realidad, que recuerda la frase de la Reina Isabel II, “annus horribilis” (año horrible en latín).

La pandemia de COVID-19 (la peor pandemia desde aquella de la influenza de 1918-1920) dio paso a la peor recesión económica desde la Gran Depresión de 1929. Los niveles de desempleo se dispararon a nivel mundial y en el Ecuador, llegando a una tasa nunca antes registrada de 13,3 % en junio (para septiembre bajó a 6,6 %).

En el país se produjeron 40 mil muertes en exceso hasta mediados de diciembre (0,22 % de la población, la segunda peor tasa en el mundo después de Perú), y la crisis sanitaria ha dejado a miles de personas con enfermedades crónicas. Goldman Sachs estimó que el Ecuador se encontraba en tercer lugar en el mundo en el nivel de contagio (33 %), después de Perú (39 %) y México (34 %).

Tras un año tan pesaroso, las últimas semanas han traído alguna esperanza de que 2021 será mejor.  

Hacia finales del año, las autoridades médicas en el Reino Unido, EE. UU. y la Unión Europea aprobaron las vacunas para el COVID-19 desarrolladas por BioNTech/Pfizer y Moderna. También se espera la próxima aprobación de la vacuna de Oxford/AstraZeneca. En Rusia y China también se han aprobado vacunas, aunque sin un régimen transparente y abierto sobre sus resultados (las pruebas de la vacuna china Sinopharm en Perú fueron suspendidas por efectos secundarios neurológicos severos).

Otro rayo de luz fue la elección de Joe Biden como presidente de EE.UU., quien traerá de vuelta una política exterior e interna basada en estrategias, normas, multilateralismo, y, en el caso del control de la pandemia, en la ciencia.

Un efecto colateral positivo de la pandemia fue la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero a nivel mundial del 7 %, principalmente por la reducción del uso de combustibles fósiles para el transporte (vehículos y aviones). Genera una experiencia práctica de reducir viajes innecesarios, y permitir el trabajo desde la casa para segmentos de la población, lo que podría conllevar una reducción más sostenida de las emisiones.

Aunque se pospuso la conferencia climática anual (COP26) para 2021, tuvo lugar una “cumbre de acción climática” (virtual), en la que se presentaron las propuestas para fortalecer los planes de acción climática (Contribuciones Nacionalmente Determinadas, o NDC por sus siglas en inglés).

Varios países de América Latina presentaron propuestas más ambiciosas, incluyendo el Ecuador (que se comprometió a una descarbonización hacia 2050), Costa Rica (ratificó su meta de emisiones netas de cero en 2050), Perú (aumento su meta de reducción de emisiones al 40 % hasta 2030), entre otros.

Se anunció igualmente la concesión de contratos para proyectos de generación eólica en Loja, y de energía solar en El Aromo (terreno que el gobierno de Correa aplanó a un costo de $1.500 millones, para una supuesta refinería). Los dos proyectos, con una inversión de $400 millones, generarán 320 megavatios.

Se inicia la campaña electoral, en la cual se escogerá entre 16 o 17 binomios presidenciales. El promedio de las encuestas a la fecha pone en los primeros cuatro puestos a Guillermo Lasso, Andrés Arauz, Yaku Pérez y César Montúfar; es probable que haya una segunda vuelta, y se dirima entre dos de estos cuatro candidatos.

Habrá claras opciones: una de derecha, una de centro, y dos del populismo de izquierda. Tanto Pachakutik como el correísmo han propuesto entregar una “renta básica universal” a los ciudadanos en “moneda electrónica”, lo cual, como escribía el mes anterior, rápidamente devendría en la desdolarización y colapso de la economía.  

Hay esperanzas de que 2021 será mejor que 2020, pero dependerá, en el caso del Ecuador, de la voluntad de los votantes.

(*) Una versión mas resumida de este artículo fue publicado en el Diario "El Universo" el 1 de enero, 2021:

https://www.eluniverso.com/opinion/2021/01/01/nota/9091186/ano-nuevo-vida-nueva




Friday, August 7, 2020

Una exitosa reestructuración de bonos

Por Luis Fierro Carrión (*)

El gobierno anunció el 3 de agosto que había obtenido el consentimiento (los “votos”) del 97,85 % de los tenedores de bonos de deuda externa en favor del canje de bonos (95,42 % en los bonos 2024, que requerían el 75 %). Se amplió el plazo hasta el 7 de agosto para permitir que aquellos que no hubiesen emitido su consentimiento pudiesen sumarse al canje.

Esta una excelente noticia para el Ecuador, y cabe felicitar al equipo del Ministro Richard Martínez, así como a sus asesores financieros y legales.

Mediante el acuerdo, se canjearán la serie de 10 bonos (que originalmente vencían entre 2022 y 2030) por tres nuevos bonos, que vencen en 2030, 2035 y 2040 (amortizaciones de capital distribuidas en cinco años, en cada caso).

Habrá una reducción inmediata del monto del capital adeudado por $ 1.540 millones de dólares (una reducción de 9 %, con respecto al monto original de $17.375 millones), pero se estima que el arreglo permitirá una reducción del valor presente neto (VPN) del 41,7 % (tomando como base una tasa de descuento del 10 % anual). Este ahorro se produce principalmente por la reducción de las tasas de interés de un promedio de 9,2 % anual a 5,3 % anual, a lo cual se suma la reducción mencionada del principal; y la extensión de los plazos (de un promedio de 6,1 años a 12,7 años).  También influye la postergación del pago de los intereses suspendidos en el periodo marzo-agosto ($818 millones), que serán pagados con bonos sin interés entre 2026 y 2030.

La tasa de descuento es el costo de oportunidad del dinero: da igual recibir 90 ahora o 100 dentro de un año. Tiene relación con el rendimiento promedio del capital en una economía.  Algunos analistas prefieren usar una tasa mas alta (12 %), aunque el Banco Mundial para su análisis de costo-beneficio de sus proyectos toma como base una tasa de descuento del 5 % (actualmente hay pocas actividades lícitas que garanticen un rendimiento mayor al 5 % anual).

Dos fondos de inversión, GMO y Contrarian Capital, interpusieron una demanda en una corte del Distrito Sur de Nueva York, argumentando que la propuesta del gobierno era coercitiva.  Los dos fondos formaban parte de un “Comité Directivo” de tenedores que decían representar cerca del 25 % de los bonos, los cuales presentaron una propuesta que era menos ventajosa para el Ecuador. Pero luego de que la Jueza Caproni desestimase sus argumentos y no diera paso a una “medida cautelar” para frenar la votación, incluso los dos fondos demandantes aceptaron la oferta inicial del Ecuador.

Todo esto se producía, además, en medio del enfrentamiento entre el gobierno de Argentina y sus tenedores de bonos. El gobierno argentino ofrecía una reducción del 47 % en el valor presente neto, y los tenedores contra ofertaban una reducción del 44 %. El 4 de agosto (un día después del Ecuador) se anunció un acuerdo para una reducción del 45,2 % en VPN (con la misma tasa de descuento de 10 %).

El menor descuento en el caso del Ecuador podría atribuirse a que el FMI no había considerado insostenible la deuda externa del país, a diferencia de Argentina.

Es importante aclarar es que la reestructuración de los bonos no implicará la entrada de nuevos ingresos al país. Sí reduce la carga del servicio de la deuda, en $1.361 millones en 2020, y un total de $10.000 millones hasta 2025 (pateando hacia adelante el grueso de las amortizaciones).

Pero no contribuye de otra manera a reducir el déficit fiscal ni a cerrar la brecha de financiamiento, estimada en $4.000 millones. Para ello se está negociando un nuevo programa con el FMI, el mismo que tomará en cuenta la reducción de la deuda en bonos, así como los esfuerzos ya realizados de consolidación fiscal; pero seguramente buscará una mayor reducción del déficit y reformas estructurales.

También se ha vuelto a anunciar nuevos préstamos de bancos chinos por $2.400 millones; y se anunció que se diferirán las amortizaciones de capital que vencían hasta julio 2021, por un monto de $417 millones. En el caso de la deuda bilateral con China, no se espera una reducción del principal ni de la tasa de interés de los préstamos vigentes, aunque si se espera que la tasa de interés de los nuevos préstamos sea menor. En el marco del G-7, se ha instado a China a sumarse a los esfuerzos de alivio de la deuda en el marco del Club de París (China no pertenece a este foro de acreedores).

Sería lamentable que el próximo gobierno vuelva a endeudar al país como lo hicieron los gobiernos de Correa y Moreno. Correa cuadruplicó la deuda pública (pasando de $10.234 millones en diciembre 2009 a $ 41.894 millones en mayo 2017).   Parte de la culpa también la tienen los inversionistas, quienes hasta el año pasado prestaban dinero al Ecuador por el alto rendimiento que se ofrecía, pese a ser un país que compite con Argentina y Venezuela por el récord de moratorias de deuda.

(*) Una versión más corta de esta columna se publicó el 7 de agosto en el Diario “El Universo” de Ecuador.

https://www.eluniverso.com/opinion/2020/08/07/nota/7932633/reestructuracion-bonos



Monday, April 13, 2020

Pandemia y Depresión

Columna publicada en el Diario "El Universo" el 13 de abril, 2020.

Pandemia y Depresión

Por Luis Fierro Carrión  

En noviembre del 2019 un nuevo coronavirus humano apareció en Wuhan, China. No fue producido en un laboratorio: hizo el salto de un animal a los humanos (probablemente de un murciélago, probablemente en un mercado donde había mariscos y animales salvajes en medio de fuentes de agua).
El nuevo coronavirus, bautizado SARS-CoV-2 por la Organización Mundial de la Salud, comenzó a reproducirse rápidamente entre los humanos, al tener una elevada tasa de contagio. También causa un síndrome respiratorio agudo grave, como el SARS original (que apareció en noviembre 2002 en Foshan, China). La tasa de mortalidad, pese a ser unas 20 veces mayor que la de la influenza estacional (2 % frente a 0,1 %), es menor que la del SARS original, MERS o ébola.
La rápida tasa de contagio, combinada con una mortalidad alta pero no muy alta, hace que esta pandemia se asemeje a la de la “gripe española” de 1918-20. En aquel entonces, la influenza contagió a un tercio de la humanidad en dos años, y se estima que murieron 50 millones de personas (2,7 % de la población mundial).
Dada la similitud de la tasa de contagio y de mortalidad, los epidemiólogos advirtieron desde enero que el nuevo coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, podría infectar hasta el 80 % de la humanidad, y de los infectados podría morir el 2 %, es decir, 123 millones de personas (en Ecuador, 272.000 personas).
Esto se produciría si no se tomasen medidas de control, tales como imponer el aislamiento de los contagiados, restringir el movimiento de las personas, usar mascarillas y guantes, etc. El problema se agrava es si el contagio es súbito, dado que rebasaría la capacidad de las unidades de cuidados intensivos y de respiradores artificiales, que requieren cerca del 5 % de los casos. En el país había, según el INEC, 1183 camas de cuidados intensivos (un 72 % en Quito, Guayaquil y Cuenca), y 1745 respiradores artificiales. De contagiarse al mismo tiempo el 10 % de la población, se requerirían unas 85 000 camas y respiradores. Ya Guayaquil ha visto sus hospitales y funerarias sobrepasados.
Las estadísticas oficiales de casos confirmados y defunciones son un subregistro de los casos, porque reflejan el número de pruebas realizadas (15 526 hasta el 8 de abril). En el mes de marzo, hubo en Guayas (excepto Milagro) 1371 más muertes que el promedio de enero y febrero (en otras provincias se redujo el número de fallecimientos, quizás por una reducción de accidentes y homicidios). Mientras que no todas las muertes adicionales se pueden atribuir al COVID-19, es probable que al menos 1000 correspondan a la enfermedad (más del doble que la cifra oficial de muertes confirmadas y probables, 482 al 8 de abril). Pero además significa que el número real de contagios en el Ecuador ya debe andar por 50000 (considerando la tasa de fatalidad de 2 %).
Es imprescindible mantener y reforzar las medidas de distanciamiento social, dotar a la población de mascarillas, y proveer al personal de salud de equipo de protección profesional. Urge aumentar el número de camas de cuidados intensivos y respiradores.
Las restricciones tendrán un impacto económico severo. A la caída del precio del petróleo y otros productos de exportación, se suma la paralización de sectores de la economía doméstica, incluyendo restaurantes, hoteles, turismo, entretenimiento y transporte; un shock simultáneo de oferta y demanda.
Es probable que el colapso económico sea más severo que la crisis financiera mundial del 2008; el PIB mundial podría caer entre 3 y 6 %, y el del Ecuador en 10 % o más. El desempleo a nivel mundial podría exceder dos dígitos; en Ecuador el empleo adecuado, que era apenas 40 % del total, se reducirá. Algunos economistas hemos propuesto medidas para paliar la emergencia humanitaria (muchas familias han perdido sus ingresos); evitar quiebras masivas de micro y pequeñas empresas; y reactivar la producción de manera progresiva. Hay iniciativas públicas y privadas para paliar la crisis.
La pandemia continuará hasta que haya una vacuna efectiva (al menos 12 meses), o hasta que se haya contagiado la mayoría de la población. Lo que vendrá después será un “nuevo normal”. Tendrá cada vez más peso el teletrabajo, la educación a distancia y las teleconferencias. El turismo internacional no se recuperará a corto plazo. Todo ello reducirá la demanda de combustibles.
Los sectores que se fortalecerán serán el e-comercio, los sistemas de videoconferencia, la educación a distancia, las finanzas digitales, la manufactura 3D. Lo único bueno que saldrá será una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual hará más lento el cambio climático y reducirá las muertes por contaminación atmosférica.
https://www.eluniverso.com/opinion/2020/04/13/nota/7811796/pandemia-depresion

Tuesday, June 11, 2019

La recesión que se viene (y ya llegó a 20 países)

Por Luis Fierro Carrión (*)

Hay varios indicadores que han encendido ya una alarma roja de que se viene una recesión económica mundial.

Para comenzar, existen ya 9 países que se encuentran en recesión, entre ellos el Ecuador (si nos atenemos a los pronósticos del FMI, de una caída de 0.5 % en 2019).

Según el estudio "Perspectivas Económicas Mundiales" del Banco Mundial, los siguientes países tendrán una contracción económica en el 2019:

Nicaragua                       -5.0
Irán                                 -4.5
Zimbabwe                      -3.1
Guinea Ecuatorial        -2.2
Sudán                             -1.9
Argentina                      -1.2
Turquía                          -1.0
Ecuador                           0.0 (-0.5 % para el FMI)

A ellos se suma Venezuela, para quien ni siquiera hace un pronostico, pero que se estima que continuará su colapso económico (el FMI estima que la economía venezolana se contraerá en 25 % en 2019, sumando un colapso del 60 % desde 2014). 

Si tomamos en cuenta el PIB per cápita, habría que sumar otra decena de países: Haití, Liberia, Trinidad y Tobago, Líbano, Namibia, Angola, Sudáfrica, Swazilandia o Eswatini, Rusia y Omán.

Varios de los países mencionados atraviesan un fuerte conflicto interno (Venezuela, Nicaragua, Sudan), o enfrentan sanciones internacionales (Irán, Rusia, Venezuela).

Pero otros se ven afectados por la caída de precios de productos primarios de exportación, tal como el petróleo (que afecta a Irán, Sudán, Ecuador, Trinidad y Tobago, Angola, Rusia, entre otros).

El pronóstico global del Banco Mundial es de un crecimiento del 2.6 %, pero esto refleja especialmente las altas tasas de crecimiento económico en China (6.2 %), India (7.5 %) y otros países del Sur de Asia (6.9 %).  Hay otras regiones en las cuales el crecimiento promedio es mínimo:  Medio Oriente y el Norte de África (1.3 %; contracción en términos per cápita), Europa y Asia Central (1.6 %), y América Latina y el Caribe (1.7 %, aunque este promedio excluye a Venezuela - de incluirse, estaríamos ya hablando de un estancamiento).

Considerando que la tasa de crecimiento de la población global es de 1.2 %, el crecimiento mundial per cápita seria de apenas 1.4 %.



En el caso de Europa, la proyección de la Comisión Europea para Italia es de un crecimiento de apenas 0.1 %, y que en Alemania caería a 0.5 %.  Otros indicadores (confianza empresarial, producción industrial) señalan que en estos países ya se inicio una recesión. 

Según el Banco Mundial, "El comercio internacional y la inversión han sido inferiores a lo previsto al inicio del año, y la actividad económica en las principales economías avanzadas, en particular en la zona del euro, y en algunos grandes mercados emergentes y economías en desarrollo ha sido menor de lo que se anticipaba." (http://www.bancomundial.org/es/news/immersive-story/2019/06/04/the-global-economy-heightened-tensions-subdued-growth).

Un indicador de que se viene la recesión es la "inversión de los rendimientos" de los bonos, cuando los bonos de largo plazo tienen una tasa menor a los de menor plazo. Este fenómeno ha llevado a Rabobank a estimar la probabilidad de recesión en 83 %, el nivel mas alto registrado desde 1985 (incluso mayor al registrado antes de las ultimas tres recesiones).



Entre otros factores, se atribuye la posible recesión a:

1.  Caída del comercio internacional, como resultado de las "guerras comerciales" lanzadas por Trump (y la incertidumbre generada por sus políticas erráticas). 
2. Acumulación de deuda, y aumento de la morosidad de los créditos.
3. Impacto de la caída de los precios de productos primarios en países exportadores.
4. Sobre-valoración de mercados de valores frente a promedios históricos (al igual que otros activos, como las viviendas). 
5. Impacto de desastres naturales, en muchos casos exacerbados por el cambio climático (inundaciones, sequías, ciclones, etc.)
6. En alguna medida, el simple hecho de que ciclicamente ya toca una recesión, tras una década de expansión.

"Motivos de particular preocupación son la disminución del crecimiento del comercio mundial, que llegaría al nivel más bajo desde la crisis financiera hace una década, y la caída de la confianza empresarial", dice el mismo estudio del Banco Mundial.

Continua afirmando que "Los elevados niveles de deuda son cada vez más un motivo de preocupación. Muchas economías emergentes y en desarrollo se han endeudado excesivamente y sus reducciones de la deuda pública conseguidas con tanta dificultad antes de la crisis financiera mundial se han revertido. La deuda de las economías emergentes y en desarrollo ha aumentado un promedio de 15 puntos porcentuales, hasta llegar al 51 % del PIB en 2018" (cabe anotar que el endeudamiento publico también ha aumentado en Ecuador, hasta llegar al 49 % del PIB).

Un tema de preocupación, tanto en los países avanzados como en los países en desarrollo, es el menor espacio fiscal y monetario para enfrentar una futura recesión.  Las tasas de interés en los países avanzados ya se encuentra en niveles muy bajos (incluso negativa en algunos países); y en varios países hay elevados niveles de déficit y endeudamiento, que complicarían llevar adelante políticas expansivas.

(*) Economista de la PUCE, posgrados de la Universidad de Oregon y la Universidad de Texas en Austin. Fue funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 1997 a 2013, y representante del Ecuador en el Directorio del FMI en 2006. Asesor en temas de financiamiento climático y para el desarrollo. Estas son mis opiniones personales, que no reflejan las de institución alguna.